MUJERES Y FORTALEZA:
Una historia de lucha y equidad
Una vista personal.
Si de algo tengo memorias, es que por mucho tiempo hubo rezumbadores en mi oído indicándome que los hombres no lloran y que son la fortaleza de la humanidad, pero, ¿Qué tan cierto podía ser esto?
No tuve que irme tan atrás en la historia, o aprender cosas de filosofía. No tuve que buscar en los libros más antiguos, o que me lo enseñara un tutor. Es más, no tuve siquiera que haberlo aprendido sistemáticamente cuando solo la vida misma me enseñó en qué, la típica frase “los hombres no lloran y que son la fortaleza de la humanidad” carecía tanto de fundamento lógico y natural.
Y es que sí, es un juicio de valor que en mi vida empecé a desvalorizar.
Haber nacido rodeado de mujeres y estar tan cercano a ellas, me enseñó y me sigue enseñando, que no necesito esforzarme para entender que, por lógica, el ser humano simplemente llora y qué, no se puede confinar en una burbuja en que el ser femenino llora por debilidad, atribuyendo dicho estado como algo negativo para la masculinidad el prohibirle llorar, sino atribuirlo a una reacción bajo un estado emocional.
Y mira, que más sinónimo de fortaleza cuando, a quienes creemos débiles por llorar; por llorar es que se hacen más fuertes. Desde el momento en qué sus criterios empezaron a tomar frente, la valentía que confrontó ese temor liderado por el silencio, fue quien rompió los paradigmas que alimentaban tanto miedo.
La lucha constante que históricamente las mujeres han empleado en busca de lograr una paridad de derechos, oportunidades y condiciones de vida, es lo que ha marcado los precedentes en nuestra sociedad, pues de ello se ha desprendido y tomado con mayor valor, el principio ético de la equidad. De aquí, que quede al desnudo, que atribuirle solo al masculino la segunda parte de la frase, la cual dice: “…son la fortaleza de la humanidad”, es una total equivocación, pues ha sido pieza fuerte y constante batalla, contra un sistema liderado por la masculinidad, lo que las ha llevado poco a poco a ser identificadas y tener relevancia como un sinónimo de tenacidad y fortaleza dentro de la humanidad.
Fotografía tomada por Laura Barreto Coordinadora de mercadeo en Grupo Consultor Andino
“Tantas veces me mataron, tantas veces me morí. Sin embargo, estoy aquí resucitando”
Es la poderosa frase que interpreta en una canción Mercedes Sosa, de la autoría de María Elena Walsh.
Continua la lucha
De acuerdo a información de la ONU MUJERES COLOMBIA. El Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses reportó 27.594 casos de violencia a niñas y mujeres adolescentes entre 2015 y 2019. La población más afectada fueron las adolescentes y mujeres de 10 a 14 años con 9.893 casos, seguidas de las de 15 a 14 años. Grupo de 17 años con 7.491 casos. En cuanto a feminicidios, 978 mujeres fueron asesinadas en 2021. Cuatro de cada 10 asesinatos de mujeres son cometidos por la pareja, expareja, familiares o personas conocidas.
En las últimas décadas Colombia ha alcanzado importantes conquistas en relación a la promoción de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, si bien aún hay brechas relevantes por reducir.
Colombia ha ratificado todos los tratados internacionales vigentes sobre derechos humanos y derechos de las mujeres, y ha hecho un progreso significativo en el desarrollo de leyes para promover la igualdad de género y garantizar los derechos humanos de las mujeres. Algunos ejemplos son los lineamientos de la política pública para la equidad de género para las mujeres y el plan integral para garantizar a las mujeres una vida libre de violencias aprobados en 2012, y la Ley de Víctimas y Restitución de Tierras, aprobada en 2011, con disposiciones importantes sobre la igualdad de género, así como la Ley 1257 «Por la cual se dictan normas de sensibilización, prevención y sanción de formas de violencia y discriminación contra las mujeres», de 2008 y la Ley 1719 por la cual se adoptan medidas para garantizar el acceso a la justicia de las víctimas de violencia sexual, en especial la violencia sexual con ocasión del conflicto armado, de 2014, entre otras.
https://colombia.unwomen.org/es/onu-mujeres-en-colombia/las-mujeres-en-colombia.
“No me mataste y si me hiciste más fuerte”
– Greeicy Rendón.
Fotografía tomada por Laura Barreto Coordinadora de mercadeo en Grupo Consultor Andino
Mujeres como sinónimos del tesón.
Durante años, gracias al tesón y al triste, desgastante, pero valorado y constante esfuerzo. Las mujeres se han hecho sentir acercándose cada día al objetivo de que sea reconocida esa anhelada igualdad y equidad de condiciones.
Por ello, a veces en una lucha individualista entre sí, alcanzar un grado de investidura que las hace únicas, importantes y reconocidas, arrastra el deber moral de alzar la voz por quienes, por si solas, su voz no pueden alzar; o no es tan fuerte al modo de poderse escuchar. Esa investidura particular, que se convierte en un logro de identificación universal, ha puesto en la historia mundial y grabado en nuestras memorias colectivas, reconocidos nombres, voces y rostros que marcan, en un antes y un después de la pujanza, el reconocimiento del gran poder de la feminidad.
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